"Cuando creíamos tener todas las respuestas, de pronto, cambiaron las preguntas".
Mario Benedetti
Como docente, durante
muchos años, muy pocas preguntas me hacía. De hecho, busqué en mi formación académica
universitaria, herramientas y conocimientos que me
permitieran dar respuestas a tantas problemáticas que afrontaba diariamente en las instituciones
educativas donde trabajaba y que muchas veces, desconocía
cómo abordarlas.
Y si bien estamos en una época de preguntas más
que de certezas, como lo afirmaba uno de mis profesores, Ing. Carlos Mundt
(reconozco que me molestaba escucharlo). También es real que si se continúa una carrera universitaria, es para desarrollar habilidades y capacidades, además de adquirir conocimientos, que nos convierta en una
profesional exitosa. ¡El tiempo le dio la razón al Ing Mundt y a mí también!
Lo
maravilloso de esos años de estudio, es que me crucé (no casualmente) con
personas y situaciones que nutrieron mi Ser. En mi desarrollo profesional, con muchos
objetivos logrados pude descubrir que toda formación ayuda a crecer profesionalmente,
pero sino hay un trabajo personal y espiritual, podemos continuar sintiendo un
vacío, que ningún trabajo o formación puede suplir. Y no quiero caer en otra certeza,
pero muchas experiencias de vidas, incluyendo la mía, lo afirma.
Ante la consulta interna y a otras personas de cuáles
son esas nuevas preguntas, ante tanta disconformidad, puedo comprobar que no
las hay. Es mucho trabajo pensar preguntas que nos lleven a encontrar esa respuesta
que realmente necesitamos para sentirnos plenas.
Tenemos verdades, certezas, respuestas…que nos
mantienen en la zona conocida. Aunque esa afirmación sea “siento infelicidad “,
es una certeza y eso (aunque sea terrible) nos da seguridad. Lo sabemos 😟.
La pandemia que estamos viviendo a nivel mundial, trajo un grado de incertidumbre que hizo caer muchas estanterías, no solo a nivel interno en cada persona sino en políticas de estado. Siento, que, en algunos casos, trajo luz a mucha sombra. Y descubrirlo incomoda…Hacernos preguntas, nos sacude. La incertidumbre, nos agobia….Tal vez sea momento de descubrir nuevamente mi Ikigai
En lo personal, comencé a escuchar a mi corazón
de la mano de los ángeles. En nuestro
corazón💖, está la respuesta para esa pregunta
que incomoda. Comenzar a escucharlo es una habilidad que se desarrolla. Y
cuanto más lo practicás, más rápido te escuchás 🦋.
Te invito a hacerte esa pregunta que te
incomoda (nadie tiene porque saberlo) y pedile a tu ángel de la guarda que te
dé esa respuesta que necesitás para ser un poco más feliz. Cuando tengas la
respuesta, pregúntate qué sentirías si tomaras esa decisión que tu corazón te
dice. ¡¡¡Si sentís calma, esa es la respuesta!!!
¡Feliz vida!